martes, 29 de abril de 2008

Como destrozar cuatro años en 45 días.

Néstor llegó al poder por abandono. Sin legitimación activa de una mayoría.



Tuvo que remar y gestionar hasta las legislativas del 2005, que lo avalaron. Lo avalaron porque hizo las cosas bien para las circunstancias del momento.



Es más, diría que casi perfectas. Después del 2005 ya se mostró más canchero y distendido. Las elecciones lo ayudaron a tener un congreso leal... bueno... en realidad, adicto.



En el 2007 le dejó la posta a su mujer; Cristina "La negra" Fernández. Muñeca brava de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata. Tan bella como de carácter abiertamente jodido. Excelente alumna. Militante de la JUP. Él era del MID, y en todo desarrollista anida un economista en ciernes.



Sin embargo él estudió abogacía. Fue abogado politiquero en Río Gallegos. Abogado de los duros, intendente de los duros y con manadas de cocodrilos en los bolsillos.



En Santa Cruz en general y en Río gallegos en particular, las peleas y berrinches entre Cristina y Néstor siguen siendo antológicas. Lo extraño era que decían que la que gritaba y retaba era ella.

En el 2006 tenían una velero rápido que lo timoneaba Néstor. De Vido era el contramaestre y tenía tres marineros obedientes como los dos Fernández y el recién embarcado e inexplicable Moreno.



Volvamos al 2007. Cuatro años de gestión. Muy ejecutiva y con desprolijidades, pero no se veían nubarrones en el horizonte, excepto que el no es economista, sino abogado. No sé que nota habrá sacado en Economía Política, pero seguro que debe haber sido un 10. Sin embargo, una materia de la Facultad de Derecho, y varios años de gestión en una provincia con pocos habitantes y menos ciudades, pero con mucha plata, no son suficientes para manejar la economía de un país tan complejo y diverso como la Argentina.

En el 2008 a Néstor se le ocurre aplicar las antinomias del presidente Chávez de Venezuela en la Argentina. ¡Lo imitó a Chávez! Se olvidó que la Argentina no es Venezuela y que la Argentina no viene de una historia sin clase media como Venezuela.



¡Una pena! ¡Lo podría haber imitado a Lula! El presidente más querido del mundo con 56% de imagen muy positiva casi al final de su segundo período. Pero no, se tentó con el 60% de los votos de Chávez. Le pareció que era más, y se olvidó que Chávez perdió el referendum por la nueva Constitución en Venezuela.

Al estilo de lo gobernantes autocráticos de Europa del primer tercio del Siglo XX, optó por tener un enemigo, o un chivo expiatorio: el campo.

Néstor de campo no sabe nada. La vida rural en Santa Cruz es casi inexistente. Los colaboradores que tiene en la materia saben de frigoríficos y de pesca, pero de campo... poquito... ¡Por no decir nada! Siendo de la Patagonia se olvidó que la Argentina de más allá del Camino de Cintura es rural. ¡Pero si entre el camino de cintura y la Ruta 6 hay campos con vacas y soja!

Rosario tiene industrias: una que construye autos y las demás relacionadas directa o indirectamente al agro. Córdoba es lo mismo y si seguimos viendo otras ciudades vemos fenómenos parecidos: Mendoza y San Juan con la vitivinicultura, Salta con la soja y la ganadería, el Alto valle del Río Negro, Mar del Plata como centro de oleaginosas, Necochea como puerto de exportaciones rurales como Bahía Blanca. Hasta La Plata es un partido rural con la mayor producción hortícola del país. ¿Cómo Néstor se pudo olvidar de eso?

UOM y SMATA velan las armas, porque con un agro parado se caen 40 mil puestos de trabajo metalmecánicos en forma directa y casi 100 mil indirectos. Chivilcoy perdió cientos de puestos de trabajo metalmecánicp desde el 11 de marzo del 2008. En Carlos Casares, centro sojero y girasolero se estima que ya quedaron sin trabajo 300 personas por los berrinche venezolanizantes de Néstor.

¿Saben que piensa esa gente que ve en riesgo su trabajo o que lo perdió? No van a cacerolear ni a llamar a ningún cuartel. Esperan las elecciones del 2009 para votarle en contra.



¡Qué lástima! ¡Lo tendría que haber imitado a Lula! Sin embargo, optó por el modo de Chávez, dilapidando una gestión de cuatro años, desprolija pero efectiva, en tan solo 45 días.

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